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Luis Mayo

Desde el 21 de mayo de 2022


Madrid , 2022, temple/lienzo, 195 x 130 cm.

La suite Luis Mayo del Marqués de Carabás

Descendiente de la noble estirpe de los Carabattole, las hazañas de sus antepasados fueron glosadas por Giovanni Francesco Straparola en 1566, luego por Giambattista Basile en el siglo XVII, más tarde por el cuentista francés Charles Perrault y el historietista Ludwig Tieck, y finalmente por los hermanos Grimm. ¡Oh, noble saga de los Carabases, a cuyo último descendiente hemos podido conocer en la Galería Estampa, para disfrutar de su compañía y de nuestra pasión compartida por el arte!

El Excelentísimo Costantino Fortunato Cagliuso, Pippo para el rey y para sus amigos, último marqués de Carabás, es, ante todo, un amante del arte. Poseedor del castillo del Ogro Golón, favorecido por las hadas, dueño de la estirpe gatuna calzada más célebre del orbe, ha sido y es uno de los clientes más queridos de la Galería Estampa.

Desde hace ya muchos años, Pippo, nuestro marqués de fábula, ha estado atesorando cuadros, dibujos y libros firmados por Luis Mayo, pintor de la galería Estampa, con el fin de crear una suite, una gran sala en la que el universo creado por el artista pudiera palparse en cada mueble, en cada jarrón, en cada imagen. Hace ya una década que encargó al más célebre arquitecto de Parma la ampliación del palacio que heredó de los Cerentola, para construir una sala a la que llama La suite Luis Mayo, donde piensa disponer todas las obras que ha ido atesorando de nuestro pintor.


Molinos , 2022, temple/lienzo, 46 x 65 cm.

Su modus operandi siempre ha sido el mismo: de un coche oscuro se baja un mayordomo con librea, de aspecto felino, luciendo unos grandes bigotes, que se dirige ceremoniosamente hacia Manolo Cuevas. Al llegar a su despacho, al fondo de la galería, da un sonoro taconazo con sus botas acharoladas y deja sobre el piano un sobre azul en el que se anuncia, con la hermosa caligrafía –de puño y letra del Marqués- la madrugada en la que, discretamente (secretamente) Pippo visitará la galería. La noche señalada, a la hora prevista, suena en la calle Justiniano un murmullo inconfundible de cascabeles, cascos de alazanes, crujidos del tiro del carruaje, chasquidos de las guarniciones de oro y plata. En el secreto de la noche, un lacayo de librea desciende del pescante de la berlina y al abrir la portezuela de la calesa, desciende, elegante como una aparición, el Marqués de Carabás. Entonces pasamos la noche en el interior de la galería hablando de pintura, contemplando los cuadros más recientes, disfrutando de la vida y de un buen vino de la mítica bodega Il gatto con gli stivali. Cuando el sol despunta, el marqués escoge tres o cuatro cuadros, un par de esculturas, un cartapacio de grabados y dos o tres ediciones completas, se despide apresuradamente, siempre cortés, siempre seductor, y mientras sus criados cargan las obras de arte en el tendal de la capota y los caballos se agitan asidos a las galgas del más lujoso de los atalajes, nos dice su célebre “alla prossima cari amici” y deposita una bolsa llena de ducados de oro sobre la mesa de la galería.

En los últimos tiempos, los cuentos de hadas ya no son lo que eran, y las inversiones de nuestro egregio amigo se han resentido un poco. Nuestro noble cliente había invertido toda su fortuna en una empresa segura: la exportación de la feria de San Isidro a San Petesburgo; pero no al modo vulgar, sino por todo lo alto: su idea era celebrar corridas suspendidas en los aires, mediante globos aerostáticos. Todas las figuras taurinas estarían prendidas de cometas, dirigibles, zeppelines. Pero como la lidia ya no es lo que era, Leningrado ya no lo de antaño y en definitiva, como el mundo ya no es el de antes, su inversión se ha venido literalmente abajo.


Ventanas , 2022, temple/lienzo, 40 x 20 cm.

Mientras se despeja el horizonte de sus finanzas y para darse un homenaje, el marqués de Carabás nos comentó que le haría ilusión ver montada la suite Luis Mayo. Y la galería Estampa, siempre pronta a complacer los deseos de sus queridos coleccionistas, ha recreado, en honor de nuestro noble amigo y para disfrute general, el aspecto que tendría esta famosa suite.

Ciertamente, el público asistente tendrá que soñar los cortinajes de brocado del palacio del marqués, las alfombras persas sobre el parqué de caoba de sus estancias, las vistas de sus fuentes tras las celosías de sus ventanales, las fragancias en el aire de sus jardines versallescos, la melodía de sus stradivarius en el salón contiguo. Pero quedará satisfecho.



Jarrón , 2022, temple/ceramica, 24 x 14 cm.