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Alain Arias-Misson: El autor... casi.

Desde el 28 de octubre de 2021


Raincoat set, 1973, fotografía/lienzo, 28 x 37 cm.


Cuando en 1994 Alain Arias-Misson osó introducirse, en compañía de otros activistas poéticos, en la Capilla Sixtina para desconcierto de las autoridades eclesiásticas del Vaticano anticipaba el día del año 2003 en el que procesionó un poema, la Surveillance, en las subterráneas galerías del metro de la Place de la République de París. Seis años después de realizar ese public poem, nos invitó a un grupo de amigos a compartir con él, el 15 de octubre de 2009, La derniére Céne (o Scène, o Seine) en la parisina rue du Seine. Y seis años más tarde, en mayo de 2015, nos brindó la visión, desde la terraza del hotel Bauer, del Public Sinking-of-Venice Poem, con el que Alain exploraba el hundimiento de Venecia. O, tal vez, el hundimiento... de la poesía.

De este poema fui inesperadamente cómplice, pues en mi novela Extravíos (2007) atribuí a Alain la realización de un poema público semejante en la ciudad de los canales. Si en 2007 hice de la ficción realidad, en 2015 Alain hacía de la realidad ficción. Ese extravío se alzaba sobre un alto pedestal de tiempo. Iba del lejano día de 1965 en el que Alain y yo nos conocimos en Madrid, hasta esa mañana de mayo de 2015 en la que estaba viendo cómo la hilera de letras rojas, que arrastraba la lancha conducida por Alain en el Gran Canal, pugnaba por mantenerse a flote.

Alain no solo ha llevado la poesía a las calles de Madrid y París, de Bruselas y Roma, de Berlín y los canales de Venecia. También la ha introducido en contenedores transparentes a los que ha dado el nombre de Theatre-Box, Mental Theatre, Cages du Désir… Pero siempre –tanto en las calles como en esas preciosas maquetas- ha acertado a combinar lo intelectual con lo popular, lo cosmopolita con lo autóctono, la tradicional con lo vanguardista, lo real con la utópico.

En The Punctuation Set Alain traslada al papel varios signos de puntuación ( = →← ? ( ) ; , (( )) ! . ! : ) rememorando, sin duda, el gran poema público que hizo en los Encuentros de Pamplona, de mayo de 1972, y que consistió en poner signos de puntuación en las calles de la capital navarra. Ahora el poeta trasladaba los signos puestos en las calles a la blanca superficie del papel.

¿Qué intenta Alain con sus poemas públicos y sus teatros chamánicos? ¿Qué intenta con sus signos de puntuación? Yo diría que suscitar estados de trance. ¿Y en qué consisten esos estados? En salir fuera de uno mismo y, gracias al poder del signo y la palabra, descubrir que uno es todos y que todos somos uno. Que yo, para ser yo, he de ser también otro.

Eso es precisamente lo que se hace patente en ROMPER LA PÁGINA. “Hay que romper la página, los papeles”, nos viene a decir Alain en estos singulares e inéditos poemas de los años 70, “pues por más que intento introducirme en la página, incluso atravesarla para descubrir el trasfondo de la poesía, los poemas huyen y huyen cada vez más allá, como si fueran erráticos pájaros. Huyen más allá del papel. Más allá incluso del mundo...”

Cuando los miramos, vemos que los poemas de ROMPER LA PÁGINA nos muestran a un Alain pleno de juventud y dinamismo, que trata de ir más allá de las fronteras del papel a fin de capturar con las redes de la imagen y el verbo el aliento del espíritu y, transportado por ese aliento, llegar a las fronteras del éxtasis.

Ignacio Gómez de Liaño



Merde (1), 1973, fotografía/lienzo, 35 x 37 cm.



Merde (2), 1973, fotografía/lienzo, 35 x 37 cm.



Merde (3), 1973, fotografía/lienzo, 35 x 37 cm.



Merde (4), 1973, fotografía/lienzo, 35 x 37 cm.



Fire (1), 1974, fotografía/lienzo, 25,5 x 24 cm.



Fire (2), 1974, fotografía/lienzo, 25,5 x 24 cm.



Fire (3), 1974, fotografía/lienzo, 25,5 x 24 cm.