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La Biblioteca Americana

Os esperamos el jueves 12 de julio de 2018 a partir de las 20 h.

La Biblioteca Americana

Cuando quedan pocas páginas para terminar una novela sentimos una mezcla de placer y de pena: como si hubiéramos culminado una vida, al finiquitar el libro nos sentimos plenos, a punto de dictar nuestro testamento. Los libros nos hacen, literalmente, vivir más, llenar nuestra propia duración con biografías de papel que, por haberlas leído, se han hecho nuestras. De ahí la pena al cerrar por última vez el volumen que nos acompaño estos meses: leer la última palabra es morir un poco, despedirnos de los personajes y del mundo que hemos habitado.

Si esto sucede hasta con la más modesta de las novelas, imaginemos qué sucede cuando una colección de libros llega a su penúltimo volumen. Si un libro marca nuestro estado de ánimo mensual, una colección editorial marca un periodo en nuestra vida. La Biblioteca Americana es la escalera de papel que une el año 2009 con el 2018, al final de este año quedará completada. La belleza amable de estos libros suculentos y carnales nos hace ver que no hemos envejecido, hemos madurado. Tenemos diez años más, cien metáforas más para explicar la vida, mil deseos más para sentirnos Tántalos superlativos y desatados; en definitiva, estamos un millón de veces más hambrientos de porvenir.

El proyecto editorial en el que Manuel Cuevas nos ha convertido en cómplices nos hace pensar en otra mítica aventura libresca, también americana, pero más al norte: a principios del siglo XX Edward Sheriff Curtis decidió crear una colección de libros con al menos un retrato fotográfico de cada una de las tribus indias de Estados Unidos. En 1906, Curtis, con la ayuda moral –financiera quiero decir- de John Pierpont Morgan viajó del río Pecos al Yukon. La década prevista se convirtió en casi 30 años. Cuando sus bellísimos volúmenes estuvieron completados, sioux, apaches y cheyennes ya no existían como pueblos libres. Curtis inició el siglo XX despidiendo a los indios norteamericanos y Manuel Cuevas ha iniciado el siglo XXI saludando a una pléyade de poetas, lo mejor de la otra orilla.

Un rasgo inolvidable y distintivo de esta colección es el maridaje de poetas del otro lado del charco con artistas de acá: la palabra y la imagen convierten en Atlántico en una lluvia fina y la esfera terrestre en una canica con la que jugar. La profundidad del verso ilustrado, el color del dibujo acentuando la palabra poética hacen que esta colección hable un castellano que obtiene sobresaliente en Pentecostés y Don de Lenguas, superando con matrícula de honor la coronación de la Torre de Babel levantada sobre las Columnas de Hércules.

Esta imagen me lleva a otro hermoso rasgo distintivo de la Colección americana: la bandera ondeando alegre en lo alto de un edificio completado sin víctimas laborales; los banderines de navegación engalanando un bajel que llega a puerto tras una travesía transatlántica, las enseñas que adornan las portadas de esta colección. Neruda explica cómo se hace una bandera:

“Están así hasta hoy nuestras banderas.
El pueblo las bordó con su ternura,
cosió los trapos con su sufrimiento.
Clavó la estrella con su mano ardiente.
Y cortó, de camisa o firmamento,
azul para la estrella de la patria.
El rojo, gota a gota, iba naciendo”.

Luis Mayo. Madrid

Este proyecto no habría sido posible sin la inestimable ayuda y colaboración de:
Manuel Borrás, Raúl Eguizabal, Juan Manuel Urgoiti y Sagrario Pérez Soto.

Se han editado los siguientes títulos:

- Celebraciones (Bolivia) Eduardo Mitre y Luis Mayo
- Baladas de la memoria (Chile) Pedro Lastra y Fernando Álamo
- Gatos (Colombia) Darío Jaramillo y Ramiro F. Saus
- Ballenas (Mexico) Vicente Quirarte y González de la Calle
- Nueve sonetos (Brasil) Ledo Ivo y Luis Feito
- Los sueños de mi padre(Cuba) Orlando González y Elena Blasco
- Emergencia (Argentina) Mariano Peyrou y Carlos Forns
- La plegaria infinita (El Salvador) Jorge Galán y Sara Huete
- El rostro que no se ve (Venezuela) Rafael Cadenas y Eduardo Arroyo
- Area de comienzo (Uruguay) Ida Vitale y Jaime Aledo
- Botella al mar (Puerto Rico) José Luis Vega y Óscar Lagunas
- Sueños de floripondio (Guatemala) Humberto Ak’abal y Fernando X. González
- Brevario (Honduras) León Leiva y Luis Canelo
- Una flor amarilla (Perú) Micaela Chirif y Karina Beltran
- La Marilyn Monroe de Santo Domingo (República Dominicana) Frank Baez y Nono Bandera
- Ariadna (Paraguay) Jacobo Rauskin y Nuria Rodriguez
- Jacarandas (Ecuador) Iván Carvajal y Alejandra freyman